las orquideas en la clave del codigo de barras de la vida
http://www.javeriana.edu.co/revistas/Ofi/pesquisa/wordpress/?p=2548
Por Marisol Cano Busquets
Fotografía de Guillermo Santos
Natalia Gomez
Fotografía de Guillermo Santos
lo largo de la historia, los géneros se han establecido por razones
morfológicas o fenotípicas, es decir, a partir de un detenido estudio de
la apariencia de la planta, de las hojas, los tallos, las flores, los
frutos y las partes internas de la flor. hoy se cuenta con métodos como el análisis molecular que
pueden contribuir, desde otro punto de vista, a precisar, confirmar o
corregir lo que ha sido trabajado con técnicas como la taxonomía
linneana.
lo anterior dio motivacio para el encuetro de los genetistas del instituto y el padre se había dado
años atrás. Cuenta Alberto Gómez, investigador del Instituto de Genética
Humana, que este sucedió en el Archivo Histórico Javeriano, para él un
lugar que conserva fondos prodigiosos, y al que solían acudir, con el
director del instituto, Jaime Bernal, tras las huellas del pasado de la
ciencia en nuestro país y las claras señales de la presencia de los
jesuitas en sus desarrollos iniciales. “En el proceso de desmitificar a
Mutis como el origen de la ciencia en Colombia, añade Gómez, hallamos un
manuscrito de Mutis en latín (Oratio pro philosophia newtoniana contra
peripateticos), que pedimos al padre Ortiz nos ayudara a transcribir y
traducir; quedó como resultado el libro Filosofía natural mutisiana”.
los investigadores proyectan el estudio del ADN de orquídeas colectadas
por la Expedición Botánica y su comparación con ejemplares recolectados y
clasificados recientemente según los criterios taxonómicos linneanos,
con el fin de corroborar la asignación taxonómica de estas con
referencia a los dibujos y exsicados conservados en el Real Jardín
Botánico de Madrid (institución que hace poco puso en su página web a
disposición de los interesados más de seis mil láminas de la Expedición
Botánica). o que hicieron los investigadores con la Santanderella, a partir de un
detallado y cuidadoso trabajo experimental de Sonia Quintanilla dirigido
por los doctores Gómez y Bernal, fue extraer el ADN del ejemplar que
había sido estudiado fenotípicamente por el padre Pedro Ortiz. Para
extraer el ADN de una planta es necesario macerar un fragmento de esta
(una hoja, por ejemplo) y dejar el ADN expuesto. Quintanilla detalla el
proceso, que requiere de métodos físicos y químicos: “El ADN se mantiene
en el núcleo de la célula o en el citoplasma, entonces, lo que hacemos
es romper la membrana celular, dejar expuesto el núcleo y romperlo
liberándolo de las proteínas que lo protegen. Para hacerlo, se utilizan
soluciones detergentes y hay que ser muy rigurosos con los reactivos que
se utilizan para no dañar el ADN. Así, el ADN queda libre de proteínas y
se puede conservar a -70°C”. Vale la pena destacar que hay dos formas
de conservar ADN para la posteridad: “una, aislado en congeladores, lo
que requiere una gran infraestructura, y otra, intacto en la planta viva
(de ahí la importancia de la conservación de especies)”.
Lo que se logró con el trabajo de la taxonomía molecular fue confirmar
que efectivamente se estaba ante un evento notable: la descripción de un
nuevo género en la familia de las orquídeas.
Natalia Gomez
No hay comentarios:
Publicar un comentario